- abril 14, 2021
- Posted by: IMINOX
- Categoría: Información Técnica del Inoxidable
¿Los aceros inoxidables son magnéticos?… La creencia popular es que no lo son. Existe el mito de una prueba muy sencilla para poder diferenciar un acero inoxidable de un acero al carbono, que es acercar un imán a su superficie y si no se pega, se puede inferir que el material se trata de un acero inoxidable. Sin embargo, la realidad es muy distinta ya que existen aceros inoxidables magnéticos y aceros inoxidables no magnéticos. Entre los primeros se encuentran los ferríticos, martensíticos, los dúplex y los endurecidos por precipitación y entre los segundos los austeníticos, aunque esta afirmación de que no son magnéticos tiene sus matices…
Cuando los austeníticos de la serie 300 son sometidos a procesos de deformación en frío como por ejemplo, el estampado, el corte por cizalla o laminado, la austenita sufre parcialmente una transformación en martensita que se caracteriza por su mayor dureza y por ser magnética. El grado de transformación de austenita a martensita, depende del nivel de deformación en frío y del contenido de la aleación del material. Por lo general, los 304 y 316 presentan un ligero magnetismo después del proceso de fabricación que puede ser detectado por medio de un imán.
Por ejemplo, esta transformación se puede detectar en el fondo de los lavabos fabricados con austenítico 304 donde el material prácticamente no fue estirado (ahí encontraremos que no hay magnetismo), y por el contrario, en las partes laterales que si fueron estiradas podemos detectar con un imán la presencia de martensita.
También se puede verificar con un imán que los bordes de las láminas de inoxidable, también son magnéticos ya que la deformación provocada por el corte, transforma la austenita en martenista. Otro ejemplo son los austeníticos con acabado TR -endurecidos por laminación- que también se puede sentir magnetismo con un imán.
Sin embargo, la martensita formada por la deformación en frío puede ser eliminada con un recocido a 1,100°C y existen algunos aceros austeníticos de alta aleación diseñados específicamente para soportar deformaciones en frío manteniendo la estructura austenítica.
El conocer si un inoxidable es magnético es muy importante para algunas aplicaciones como por ejemplo, los equipos de resonancia magnética requieren inoxidables austeníticos con permeabilidad muy baja o las barras para refuerzo de concreto en instalaciones para radares también necesitan tener bajos valores de permeabilidad magnética. Los motores eléctricos de un EV (Vehículo Eléctrico Híbrido) convierten una corriente que fluye en un campo magnético en la fuerza de rotación que impulsa las ruedas. La eficiencia del motor depende de moldear y enfocar el campo magnético del motor eléctrico para lograr el máximo rendimiento; esto significa que ciertos componentes clave como los anillos de soporte y la carcasa protectora, deberían estar hechos de un material no magnético.
El nuevo grado Forta H-Serie de Outokumpu conserva su microestructura estable y totalmente austenítica sin transformarse en martensita durante los procesos de conformado y mecanizado como taladrado, torneado, fresado, estampado y soldadura. Esto significa que siempre permanecen no magnéticos.
La propiedad magnética de un material se mide por su permeabilidad magnética que indica qué tanto soporta el desarrollo de un campo magnético. Esta permeabilidad normalmente se mide con un valor relativo en comparación con el aire o el vacío, al que se le da el valor nominal de 1.
Podemos decir que los aceros inoxidables ferríticos, martensíticos y dúplex son materiales ferromagnéticos y su permeabilidad magnética es muy superior a la unidad. Atraen los campos magnéticos hacia su interior y como consecuencia, los imanes se les adhieren.
En cambio, los austeníticos recocidos son materiales paramagnéticos, con permeabilidad magnética próxima a la unidad. La reacción de estos aceros frente a los campos magnéticos se aprecia muy poco.
La serie H de Forta de Outokumpu tiene una permeabilidad relativa de solo 1.006 comparativamente con la cifra típica para el acero al carbono que es de 100 y para el hierro puro que es de 5,000.
Y a manera de referencia, el cobre es un material diamagnético. Repele a los campos magnéticos y provoca que estos pasen por fuera de este material.
Referencias bibliográficas: