- mayo 10, 2014
- Posted by: IMINOX
- Categoría: Información Técnica del Inoxidable
Desde el siglo XIX, los científicos ingleses Stoddard y Farraday junto con el francés Pierre Berthier notaron al igual que otros científicos, que las aleaciones a base de hiero-cromo eran más resistentes al ataque de ciertos ácidos.
Otros científicos ingleses, Woods y Clark, presentaron lo que hoy pudiera ser la primer patente de una aleación resistente al ácido y al medio ambiente con un contenido de cromo de 30-35% y 2% de tungsteno.
El francés, Brustlein, destacó la importancia del bajo contenido de carbono en la fabricación exitosa de lo que hoy conocemos como acero inoxidable: Estableció que para crear una aleación con alto porcentaje de cromo, el contenido de carbono debía permanecer por debajo del 0.15%.
El alemán, Hans Goldschmidt desarrolló el proceso de reducción aluminotérmica para producir cromo libre de carbono. Este descubrimiento, junto con otros factores, permitió que el acero inoxidable se volviera una realidad. Ya en el sigo XX, el científico francés Leon Guillet realizó investigaciones amplias sobre aleaciones de hiero-cromo. Su trabajo incluyó el estudio de las composiciones de lo que hoy conocemos como los martensíticos tipo 410, 420 y 442. Se adentró en el análisis de lo que hoy se considera las bases de la serie 300 (austeníticos).
Los alemanes P. Monnartz y W. Borchers descubrieron la correlación entre el contenido de cromo y la resistencia a la corrosión; puntualizaron que al estar presente al menos un 10.5% de cromo, aumentaba la resistencia a la corrosión. Destacaron también la importancia del molibdeno en la misma resistencia a la corrosión. Los alemanes Eduard Maurer y Benno Strauss empleados de la empresa acerera Krupp trabajaron en desarrollar los aceros austeníticos usando <1% carbono, <20% níquel y 15-40% de cromo, consiguiendo asi la primera patente para la producción de acero inoxidable al cromo-níquel (austeníticos).
El inglés Harry Brearley buscó cómo prolongar la vida de los aceros de los cañones de guerra ya que se corroían rápidamente y empezó a experimentar con aleaciones que contenían cromo con rangos del 6 al 15% . Un año después, creó un acero que contenía 12.8% de cromo y 0.24% de carbono, logrando la primer colada comercial de acero inoxidable que desarrolló aleaciones hierro-cromo extremadamente duraderas (martensíticos).
Por su parte, los norteamericanos, se pusieron a trabajar también en el desarrollo de este material. Becket y Dantsizen se enfocaron en los aceros ferríticos que contenían de 14 a 16% de cromo y 0.07 a 0.15% de carbono. Otro dato curioso es que Polonia, presentó en público el descubrimiento del acero inoxidable en la exposición de Adria en Vienna en 1913, gracias a Max Mauermann.
Suiza también se disputa el invento del acero inoxidable al buscar un acero más resistente para sus cañones de guerra. Entonces…¿Inventor inglés, alemán, francés o americano? El tema es que celebramos ya los 100 años del acero inoxidable, un material resistente y bello que sin duda combinó los esfuerzos de científicos y metalurgistas de varias partes del mundo y que gracias a ello, hoy contamos con un futuro brillante y perdurable para sinnúmero de aplicaciones en diversos sectores productivos. En México, celebramos los 100 años del acero inoxidable con la escultura “Haceros Inolvidables” instalada en la “Plaza Estado de México: En Honor al Centenario del Ejército Mexicano” localizada en Cuititlán Izcalli, Edo. de México. Centro Comercial Perinorte. Te invitamos a ver la escultura en este vídeo:
Referencia bibliográfica: British Stainless Steel Asociation. Making the Most of Stainless Steel. [En línea] Fecha de consulta: 20 marzo 2014. Disponible en: http://www.bssa.org.uk/about_stainless_steel.php?id=31