Limpieza del acero inoxidable

Limpieza es la acción y efecto de limpiar (quitar la suciedad, las imperfecciones o los defectos de algo), hacer que un lugar u objeto determinado quede sin aquello que le es perjudicial. Es algo muy necesario y común. ¿Cuánto tiempo se dedica diariamente a la limpieza? ¿Cuántas cosas se tienen que limpiar para permanecer satisfactoriamente funcionales? Limpiamos oficinas, instrumentos, equipos, casas, ropa, carros, jardines… un sinfín de cosas, si no es que casi todo y los metales no son la excepción de esta acción.

Hablando del acero inoxidable, debe limpiarse para mantener un buen aspecto y preservar su resistencia a la corrosión ya que las acumulaciones de suciedad pueden dar lugar a concentraciones de sustancias corrosivas que finalmente puedan destruir la capa pasiva*. La limpieza es necesaria para impedir la acumulación de concentraciones críticas de contaminantes como dióxido de azufre, cloruros o contaminantes ferrosos.

El arquitecto, ingeniero o transformador deberá indicar la frecuencia de la limpieza de la aplicación o proyecto realizado con este material y su costo será aún menor comparado con otros materiales, ya que la vida útil será prolongada. También deberá seleccionar el tipo adecuado para un entorno específico, ya que si utiliza un tipo de inoxidable incorrecto, las acumulaciones de suciedad pueden provocar concentraciones de sustancias corrosivas que pudieran superar el nivel de resistencia a la corrosión de esa aleación provocando la aparición de manchas, y en casos más graves, el inicio de la corrosión haciéndose necesaria una limpieza correctiva. 

Pero, para todo hay una solución… existen acabados que facilitan la limpieza. Cuanto más lisa sea la superficie del inoxidable, menor será la suciedad que se adhiera a ella. Por ejemplo, en aplicaciones exteriores un acabado 2B (una superficie reflectante aunque ligeramente mate) se lavará con el agua de lluvia. En interiores, un acabado grabado es muy funcional, la rugosidad de su superficie es reducida, lo que contribuye a la facilidad de su limpieza (además de que tiende a disimular los daños que pueda sufrir).

Acabado 2B

También los requisitos de limpieza pueden reducirse significativamente mediante un buen diseño, debido a que se pueden evitar los detalles en los que pudiera acumularse la suciedad y optimizar la efectividad del lavado. Por ejemplo, un acero inoxidable esmerilado debe instalarse con el patrón de pulido orientado verticalmente con el fin de favorecer que el agua fluya hacia abajo y arrastre las partículas de suciedad.

Una recomendación esencial es que las superficies del acero inoxidable deben limpiarse antes de ser entregadas como producto final. Debe utilizarse una película plástica adhesiva para proteger el material durante la fabricación, transporte, almacenamiento o montaje. Hay que ser precavidos de no dejar esta película expuesta al sol durante mucho tiempo porque se puede deteriorar, será difícil de retirar y puede dejar pegamento adherido a la superficie de inoxidable. 

Imagen que muestra la película plástica adhesiva en el lugar de instalación de la aplicación con inoxidable

Bueno pero ¿cuál es un procedimiento típico para la limpieza del inoxidable?

¡Anótalo!:

1. Enjuagar con agua para eliminar la suciedad superficial.

2. Lavar con agua templada y jabón o detergente con un cepillo suave.

3. Enjuagar con agua.

4. Secar con un trapo suave que no deje ralladuras.

Nota: Cuando se limpien acabados esmerilados, el movimiento de limpieza debe efectuarse en dirección del pulido.

Pero si durante el proceso de fabricación se te manchó la superficie del acero inoxidable y necesitas limpieza correctiva te invitamos a ver este link:  http://aplicainox.org/arq/recom/mantenimiento/3/

*El cromo de la aleación de acero inoxidable forma una “capa pasiva” de óxido de cromo delgada y transparente en la superficie, la cual en presencia de oxígeno, vuelve a formarse si sufre daños.

Referencia Bibliográfica:

http://www.worldstainless.org/Files/issf/non-image-files/PDF/Euro_Inox/Cleaning_SP.pdf